16 mayo 2006
LA IGLESIA DE LOS POBRES COMO GENERADORA DE CONCIENCIA
Estas son unas notas que hice para platicarlas en un espacio llamado "Palabra en Movimiento" en el Centro Cultural Universitario, el pasado 4 de mayo. Desde aqui mando saludos al equipo que prepara este espacio que aun sin saberlo hace opción por lo "pequeño y lo lento" en cuanto a la reflexión compartida sobre la realidad actual se refiere.
Algunos aportes eclesiales en la construcción de sujetos.
Algunas ideas iniciales.
· Estamos en un tiempo de elecciones y ante esto nos ocupa el tema de la democracia, la participación ciudadana, los actores que influyen en la dirección del gobierno y por ende del destino de nuestra nación con sus distintas sociedades.
· De algunos siglos para acá vivimos un reconocimiento de la autonomía de ciertos sectores o dimensiones que componen la vida de las sociedades: la separación de la Iglesia con el estado; la autonomía de la investigación científica con respecto a algunas posiciones religiosas; la práctica política y económica.
· Pero el sustrato de esta separación se encuentra la idea fragmentada de la persona humana. Somos los seres humanos los que tenemos que comer, trabajar, participar, ir a misa, hacer contratos de compra-venta, pagar impuestos, sobrevivir, ir al médico, tramitar la pensión, participar en las elecciones, criar hijos, construir un patrimonio. A veces esta fragmentación nos lleva a mal concebir al ser humano y a colocar actitudes y posturas tan contradictorias.
· Lo anterior ocasiona que se polaricen nuestras opciones y algunas otras se vuelvan superficiales. Algunos cumplen religiosamente con la misa dominical pero en las relaciones económicas se vuelven abusivos, corruptos, desleales. Algunos se hayan comprometidos altamente con la participación política y fomentan un olvido sistemático de su familia y de sus propias raíces, hay quienes se encuentran en un estado de sobrevivencia con respecto al sustento diario suyo y de su familia y por tanto se encuentra al margen de las decisiones gubernamentales que tienen postrado en ese estado de vida: impuestos altos, sueldos bajos, competencia desequilibrada, etc., existen algunos otros que han dejado el tema de su propia salud a las jerarquías médicas de los centros de seguridad social sin tomarse en serio de que esta se encuentra en su alimentación, el estrés, la falta de ejercicio.
· Vivimos una sociedad de personas-objetos: seres humanos que en las distintas esferas de la vida dejan que los demás les resuelvan, les den lo que es su obligación dar, decidan por ellos, que dejan que la vida pase sin proponer nada, sin un dejo de conciencia de que es posible influir en los hilos de la historia que nos toca vivir.
· Con respecto al tema de la ciudadanía y a la participación social y política, a mi juicio existen dos tiempos bastante distinguibles: tiempo tranquilo que es cuando el ciudadano se limita a recibir, asentir, sufrir los embates de las decisiones de arriba, contemplar el escenario confrontaciones. En este tiempo es poco lo que considera como participación ciudadana. El tiempo de tormenta a la que es conducida cada tres años por la cuestión electoral: una vez elecciones municipales y estatales y otra vez nacionales e igualmente municipales, en este tiempo a la sociedad se le requiere por su voto, se le atiborra de promesas y descalificaciones, se les trata de convencer de que una persona va a ser el garante de los cambios precisos o los depositarios de los intereses del pueblo. En este tiempo al ciudadano se le compra, se le engaña, se le ilusiona.