06 febrero 2010

SOBRE LAS VIAS DE LA VIDA artículos

LA HONESTIDAD INGREDIENTE Y SIGNO DE OTRO MUNDO POSIBLE

Un mundo marcado por la deshonestidad

En lo público, nos llegan noticias de la presencia de corrupción en muchas figuras políticas y en los servidores de la comunidad que han llegado a ser un elemento más o menos aceptado o que no causa la indignación necesaria para la queja y la denuncia. Hemos sido testigos, por los medios de comunicación, de los fraudes millonarios en instituciones bancarias que han traicionado la confianza y han dejado en la ruina a otros tantos. En el caso de la sociedad civil hemos observado la “conversión” de muchos líderes sociales al bando contrario, traicionando así muchos ideales forjados en lo colectivo. En lo empresarial y laboral que en aras de una mayor ganancia y competitividad se viven relaciones injustas y desiguales. Un caso menos criticado ha sido el de los intelectuales que colocando sus plumas al servicio de los poderes colocan con gran impacto sus análisis justificadores, guiando la opinión de muchos bajo un supuesto rigor. De manera sobresaliente el papel de los medios de comunicación que, moviéndose por afanes exclusivamente lucrativos, colocan publicidad grosera, machista, mentirosa y tendenciosa.

En lo privado, aunque no sin dificultad, observamos que la familia puede vivir un estado de cosas similar a lo público, cuando por diversas causas se miente y se enseña a mentir, cuando en las acciones cotidianas lo importante es sacar partido de la situación. Estas frases lo ilustran: -¡Dile que no estoy!; -¡no vayas a decir que tú tuviste la culpa! Y podríamos engrosar más la lista.

En la vida personal cada quien es observador de su falta de congruencia y de transparencia.

La deshonestidad en ocasiones poco felices es justificada por una aparente imposibilidad de conducirse en el mundo de otra manera, ni en lo público ni en lo privado, es signo de una desintegración de un elemento ético instalado en el proyecto humano, personal y social.

La deshonestidad, traducida en corrupción, abuso de confianza, cinismo, lucro indebido y riqueza mal habida, es una muestra de lo más oscuro de nuestra sociedad de consumo e individualista, ya que hoy somos más propensos a asumirla inmoralmente sin importar las consecuencias.

Sin embargo algo se mueve

No obstante, está emergiendo al mismo tiempo, en diversas latitudes, un movimiento que reclama una recuperación de lo ético pero desde una mística distinta, a través de relaciones nuevas de servicio y cooperación, en la vivencia afectiva, efectiva y concreta de los valores. Existen comunidades cristianas rehaciendo sus lazos, rechazando la dominación y el poder absoluto construyendo cercanía, dialogo e igualdad. Con gran eficacia muchos colectivos, movidos por la indignación y el hartazgo, han iniciado procesos concientizadores que exigen transparencia al punto, de culminar sus esfuerzos en leyes y reglamentos que dificultan la corrupción y la ignorancia.

Existen organizaciones que reclaman y proponen otro tipo de educación, para el ámbito privado desde lo femenino y desde la consciencia integral, para forjar una personalidad más sensible y congruente en el actuar.

Desafortunadamente, estos esfuerzos, aunque consumando los deseos más hondos de la humanidad, no han tenido un crecimiento porcentual debido a la difamación y a la parcial comprensión de sus causas. Hoy, ante la falta de verdad en las distintas esferas humanas, cedemos fácilmente por un aparente realismo (-¡eso que proponen no es posible!) nuestro deseo de ver nuestro mundo renovado.

Un valor fundante para otro mundo posible

La honestidad, tiene que ver con la verdad, que asumimos, llamada a transparentarse en las acciones cotidianas. La honestidad no es solo para las “pruebas extremas en la vida”, porque las grandes convicciones se viven en lo ordinario de la vida y es justo ahí, donde se reclama nuestra participación para que la justicia brille y la paz sea posible, es en la vida cotidiana, pública y privada donde se contagian los valores porque, estos (como la honestidad), se viven no solo se conocen por nombre.

Se necesita una mística, que renueve nuestra confianza y nuestro coraje, porque la honestidad se concreta en el respeto de lo ajeno, en la congruencia activa entre el pensar, el decir y el actuar, en la sinceridad a toda prueba, la mayor de la veces, no produce dinero, no nos eleva a escalafones más altos y nos expone a ser considerados tontos y miedosos. Los testimonios de honestidad que observamos son claros, generalmente son personas austeras, de una sola pieza, seguras de sí mismas, responsables de la palabra dada, autocríticas, generadoras de confianza, comprometidas.

El mundo está necesitando una confianza mayor que aunque nos haga sentir que saltamos a lo desconocido. Es así que, la honestidad, es una opción que se asume con todas sus consecuencias que, paradójicamente, nos crean inseguridad y desconcierto, debido a que al final lo único que puede defendernos es nuestra palabra.

Hoy, debido a la falta de confianza en la honestidad y a las consabidas experiencias de ello, estamos llenos de papeles que firmar, llenos de garantías que reclamar, de promesas de pagos notariadas, de demandas que procesar. Así pues, a manera de conclusión proponemos un ejercicio bastante concreto: comenzar a hacer tratos basados en la confianza hacia el otro y hacia mí mismo, asumiendo las posibles contrariedades del caso. No lo dudemos, quizás nos estemos negando muchas buenas sorpresas. Saludos y gracias por leerme.



Tus comentarios por favor:
¡Ay señor! Ser honesto, tal como va el mundo es ser un hombre escogido entre diez mil.

William Shakespeare

¿Qué pasa si la honestidad no tiene miedo a la prisión?

Carlo Dossi
 
HONESTIDAD, BUEN TEMA PARA DECIR, EN PLENO SIGLO XX, ESTE ES NUESTRO MUNDO, ESTE ES NUESTRO PLANETA, ESTE ES NUESTRO GOBIERNO, ESTA ES MI FAMILIA, MI HOGAR, Y AL FINAL ESTA SOY YO............O SERÁ ESTA, QUE LA HONESTIDAD, SOLO EXISTE EN EL DICCIONARIO, EN EL QUE SE ENTIENDE COMO EL SIMPLE RESPETO A LA VERDAD, EN RELACIÓN CON EL MUNDO, LOS HECHOS Y LAS PERSONAS? LA HONESTIDAD ALGO QUE DEBEMOS DE CUESTIONARNOS NOSOTROS MISMOS, PUES IMPLICA MI RELACIÓN COMO INDIVIDUO HACIA LOS DEMÁS Y SOBRE TODO MI PROPIA RELACIÓN CONMIGO MISMA Y CON EL UNIVERSO, ¿ EN QUE PARTE DEJÉ YO DE SER HONESTO? PUES HABITO EN ESTE MUNDO? MUY BUENA OBSERVACIÓN VERDAD? YO TAMBIÉN SOY PARTE DE ESTE ROYO Y NO LO ACEPTO POR SER HONESTO.......¿SERÁ?
 
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