24 junio 2006
EN PLENO VERANO HACE FRIO...
Pueden leer estos articulos:
Amigo de Pinochet deja el cargo de secretario de Estado del Vaticano
Amigo ultraconservador de Ratzinger, segundo del Papa en el Vaticano
Limpieza y rejuvenecimiento del gobierno vaticano
Hace tiempo que el invierno tiene la costumbre de estacionarse más de lo debido en los palacios episcopales y papales...
Parecen cuartos fríos de tanta cosa vieja que son capaces de conservar y lo grave es que la frescura de la creatividad pareciera ya un pecado solo un poco abajito que el que se realiza contra el Espíritu Santo.
Aunque hace varios años que los secretarios de estado del Vaticano siendo papables no han sido electos, no deja de preocupar que sean el segundo hombre en aquel recinto petrino, icono de la iglesia... Después de tener 15 años a un amigo del dictador Pinochet cuando era nuncio en Chile, Angelo Sodano, ahora tenemos aun cardenal de Genova, Tarcisio Bertone, amigo de nuestro Benedicto XVI. Las figuras electas para responsabilidades vaticana, asi como para las sedes episcopales nacionales y para cargos de menor rango para el clero en las diócesis, que posiblemente serán obispos y si tienen suerte cardenales, tienen las mismas características: don de gentes (bonita expresión para decir que son estirados hasta el gorro), con apellidos raros (criollos), defensores de la ortodoxia (la correcta doctrina) aunque sea repetir lo mismo que diría un cura de principios del 1900, un amor extraordinario a la misa aunque si voz y sus expresiones parezcan grabación de una misa en que la hicimos hartos de celebrarla, amigos de las grandes personalidades, sin haber estado de lleno en una parroquia, siempre en el seminario, siempre como secretario del obispo, vicario general, etc..., a lo más como parroco de catedral con 2 0 3 vicarios que hacen la chamba de a pie.
Agarren sus protectores porque el tsunami del mundo de hoy nos va a pegar una revolcada grande si no nos adelantamos...
21 junio 2006
GUEVA METAFÍSICA II
(leer antes el escrito del 04/04/06)
LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER
Milan Kundera titula así uno de sus libros que la verdad me causó conmoción y que habla de lo más humano que tenemos entre otras cosas, la gravedad de nuestras decisiones en el gran teatro de la vida donde nuestro papel se desarrolla sin ensayos sino cada elección nuestra es nuestra gran premier. Kundera comienza esta gran novela llena de reflexiones existenciales citando a Nietszche con su “eterno retorno” en el cual cada una de nuestras andaduras es repetición histórica de un antes y un después, ante esta posibilidad no hay que preocuparse, sin embargo nuestra vida no es tal sino que además de lo irrepetible de nuestro ser lo son también nuestros entronques existenciales. Y ante esto hace una nueva cita de un filosofo de la Grecia antigua para sopesar su meditación sobre ¿que es mejor la “pesadez” o la “levedad”? El mito del eterno retorno pondría una pesada carga sobre la espalda de los hombres que tienen el deber de realizar las mejores elecciones del pasado y colocarse como la mejor posibilidad para ser realizada en el futuro, en el eterno retorno nitzscheano, ser un modelo historico es una pesadez insoportable a nuestra vista superficial y tambien para la escudriñadora; queda pues valorar como la contraparte de la irrepetibilidad y de lo “feliz” de nuestras aprehensiones de lo real como “levedad”, si el eterno retorno es pesadez lo irretornable es levedad. Sin embargo aunque parezca mejor la levedad esta se vuelve insoportable puesto que se van colocando en un pasado que ya no vuelve y en el futuro que va condicionándonos. La verdad no se si estoy en lo cierto ante estas reflexiones o interpretaciones que hago de esta novela en la que Tomás se desdobla en amor por Teresa y pasión por Sabina y aparece un cuarto personaje Franz que hace de esta historia un pasaje-espejo de nuestra dramática existencial: ¿Qué elijo? ¿Por qué nuestras decisiones se vuelven tan tremendamente ambiguas y al mismo tiempo con una seriedad incalculable? ¿Por qué el amor no es tan claro y evidente como para seguirlo irrecusablemente por lo menos para algunos? ¿por qué optar por un camino nos sustrae de muchos otros?
Nacimos para no ser libres de nuestra libertad y ante ello la realidad nos impone el deber de crear nuestra postura y nuestra obligación de optar por posibilidades que después de ser “poder-ser” se hacen para nosotros “así son”. Incluso el querer no optar se vuelve una opción que da forma de realidad a nuestro anclaje existencial.
¿Por qué aparece de pronto en nosotros la gueva metafísica, es decir, esa flojera de ser o de estar? ¿por qué parece que de pronto aquello por lo que optamos con tanta ilusión y que incluso nos hizo feliz mucho tiempo parece ya que ha perdido su fuerza o su carne? Ya explicaba en el escrito anterior que podemos llamar gueva metafísica a dos realidades que son bien diferentes y que deberíamos tener claras de alguna manera: una es la depresión ocasionada por un desbalance bioquímico en el cerebro y otra muy diferente a un proceso que de pronto ocurre en nuestro proceso existencial.
Bueno pues ahora he querido comentar y explicarme un poco acerca de este último proceso y que entonces asumiremos y llamaremos “gueva metafísica” como una especie de desencanto que de pronto aparece en nuestro proceso histórico de cargar, inventar y darle forma a nuestra persona. Decía un filósofo español que nosotros somos agentes de nuestro sistema personal, autores de nuestra historia y actores de nuestra propia obra de teatro en un escenario que ya estaba cuando llegamos. Pero definitivamente, a menos que tengamos una revelación o la visión beatifica, seremos esto, en claroscuro.
Ocurre que la gueva metafísica es para mi como esta insoportable levedad del ser que aludía al principio, y que es una raíz (me parece que hay otras) de la insoportable guevedad de ser. Deseamos todo y nuestra estructura personal y social nos impele, por decir, a elegir solo un camino dejando de lado muchos otros. Vuelvo al ejemplo del matrimonio: el que se casa solo lo hace con una mujer por que su corazón no puede estar divido siempre que lo haga por amor, además de que la cultura, hablo de la occidental, nos obliga a hacerlo así. Y como esta muchas otras situaciones similares vivimos.
Cuando se está sano, lo anterior, lo asumimos, cuando existe libertad, con fuerza y alegría, y la libertad se convierte en compromiso, nos ob-liga, nos liga profundamente a lo que optamos, porque descubrimos que esta es la mejor posibilidad de alcanzar esa infinitud que anhela nuestro corazón. En pocas palabras “por que queremos”, porque queremos ser felices.
Pero cuando aparece la gueva que va mas allá de tener sueño, sino que pareciera más feliz estar siempre dormidos, es porque aparece el vértigo de haber tomado una decisión que quizás pudo haber sido equivocada.
También, esa especie de mareo que nos provoca haber tomado la vida completa desde el momento presente hasta la muerte y darle una forma de realidad querida excluyendo muchas otras opciones, aparece cuando quizá nos hacemos conciente de ello.
A veces, nos pasa como a los niños que después de haber peleado y llorado por una paleta y al estarla disfrutando, se da uno cuenta que el otro disfruta y saborea con más convencimiento la suya y de repente quiere uno esta otra. En algunas decisiones esto sencillamente no se puede.
Ciertamente es preciso estar enamorado de todo lo que se es y se hace para que la luz de las opciones que hemos tomado se revele, sin embargo, eso no nos exime que por la cochina duda el hilo se vuelva más delgado. Esto es para mi algo de esto que llamo la “GUEVA METAFÍSICA”.
Después seguiré tratando de explicarme esta realidad. Son bienvenidos sus comentarios, replicas o preguntas....
Mike
18 junio 2006
ES UN BUEN TIPO MI VIEJO...
Mi jefe el gran maestro don Goyo no sabía tocar la guitarra, nunca usó sombrero solo gorra y esos lentes no eran los suyos, pero alguna vez posó para mi dejandome un bello recuerdo de su capacidad de reirse de sí mismo.
Este es mi a’pá y su nombre es José Angel Gregorio Serrano Bello, actualmente vive bailando eternamente “La mar” con mi abuela Natividad.
Nació un 9 (¿?) de mayo de 1933 en Jalapa Ver., su padre y mi abuelo ferrocarrilero de oficio, tuvo, tiempo después de nacidos mi pa y mi tía Angeles, su lugar de descanso en Puebla de los Angeles y se trasladaron a aquella hermosa ciudad y ahí se criaron. En los tiempos de la niñez de ellos mi abuela se separó de Don Ángel y doña Nati se hizo cargo... un tiempo estuvieron en la ciudad de México por allá en la Calzada de los Misterios con los Espejel. Pero por lo peligroso y desconocido se regresaron a Puebla... vivieron en la 3 poniente muy cerca del centro de Puebla.
En su adolescencia mi padre aprendió el oficio de la herrería que desarrollo con gran habilidad y por esto siempre le llamaron “maestro”... y en ese tiempo desarrolló su enfermedad del alcoholismo (hasta la hora de su verdadero nacimiento tenía más de veinte años de vivir sus veinticuatro horas sin probar el alcohol). Unas de sus pasiones en la juventud primera fue escalar montañas.
Por lo complicado de las interpretaciones no es fácil explicar que mi papa pasados los 20 años dejó la ciudad de Puebla solo colocando una nota de despedida para mi abuela y partió él con otros amigos a Sonora, radicando en Nogales. Algunos años después conoce a mi a’ má y con ella se casa un 21 de octubre de 1968 a las 12:00 p.m. Ahí en Nogales tuvieron a Victor Hugo, Liliana y a Juan Carlos... por la burocracia de la historia mi madre Marielos se fue con sus tres hijos a Agua Prieta, Son y tiempo después Don Goyo y ahí nacimos yo Miguel Angel y Jesús Gregorio y así se acompletó nuestra familia.
Falleció un domingo 7 de noviembre de 1999 en Agua Prieta, Son. Su gran alegría era ver a todos sus hijos juntos.
Datos curiosos:
- Nosotros nunca supimos sus primeros dos nombres: siempre le dijeron Gregorio o Don Goyo.
- Siempre le festejamos su cumpleaños el 9 de mayo y en su acta dice que nació el 10 de mayo.
- Cuando estuvo en Nogales estuvo asistiendo a un culto metodista y en unas vacaciones en Puebla convenció a mi abuela a cambiarse de denominación siendo ella Católica... mi abuela murió siendo Metodista y mi a’pá siendo Católico de nuevo..
- Fue Jalapeño de nacimiento; Poblano de crianza; Serrano de apellido y Dulce como un Morrón.
- Como buen guacho nunca perdió su acento cantado estilo “nosotros los pobres” y a sus superiores o gente mayor les decía “Jefe”; a los de su camada o de igual condición le llamaba “mano” y a los mas chicos “chavo”. “¡Quiubo mano!”
- Un día antes del domingo que murió le dijo a mi mamá que ya había platicado con el Papa y con el Migue (o sea yo).
- A sus hijos siempre nos trató de una manera especial y diferenciada que se notaba en sus apodos: A Víctor Hugo le decía ¡Perriiiiiiis! (perro); a mi hermana Liliana la “Baby”; a Juan Carlos “Pacheco”; a mi “Tigre” o “Migue” y a Jesús “Chucho”.
- A su esposa siempre la amó (a la que le llamaba "Marie") y nunca supo como redimirse de sus propias culpabilidades ante quien más amaba.
- Siempre tuvo una capacidad tremenda para perdonar y ser compasivo con los demás.
- Un tema de interés para él era la guerra por eso a veces se le veía leyendo una colección sobre la revolución mexicana o viendo películas sobre la segunda guerra mundial y alucinaba un poco diciendo que había ido a la guerra de Corea...
MUY DEVOTO, MUY DEVOTO...
CORTANDO LAS PITAYAS...
Este fruto lo disfrutan tanto los pajaros como los humanos y son harto jugosas, carnosas y de color rojo.
Esta delicia desertica se da en las tierras de escasa humedad, cuando están maduras se abren para todos, sus espinas son faciles de quitar basta un toque sencillo para que se quede pelona.
Foto: Mike, Claudio y el gran Mario Leon amigo nuestro...